Las pegatinas medioambientales de la DGT generaron polémica en 2016 al discriminar a los vehículos según su antigüedad y emisiones. Aunque no son obligatorias a nivel nacional, algunas ciudades como Madrid y Barcelona utilizan este distintivo para establecer restricciones de circulación. En Barcelona, circular sin etiqueta está prohibido en determinados horarios, mientras que en Madrid es obligatorio tenerla para evitar multas de 90 euros. Sin embargo, el control se realiza mediante la matrícula del coche, por lo que en teoría no es necesario mostrar la pegatina. A pesar de ello, Madrid exige su exhibición para evitar sanciones. En resumen, las pegatinas de la DGT no tienen un propósito claro y su utilidad es cuestionable, pero en Madrid es necesario colocarla para evitar multas.
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