Un grupo de investigadores ha creado el primer cohete autófago del mundo, que se consume a sí mismo a medida que asciende por la atmósfera. Bajo el nombre Ouroborous-3, este motor de cohete sin soporte utiliza el calor residual de la combustión para fundir su fuselaje de plástico y utilizarlo como combustible. Utiliza tubos de plástico de polietileno de alta densidad y propelentes típicos de la industria. Una vez en órbita, el cohete quema el tubo de plástico en la cámara de combustión hasta que ya no queda nada. Este diseño requiere menos combustible, lo que permite transportar más cargas útiles. El concepto de cohete autófago existe desde la década de 1930, pero ahora se ha hecho realidad gracias a los avances tecnológicos. Los investigadores han probado con éxito un prototipo que produjo 100 newtons de empuje. Esta innovadora solución podría ayudar a reducir el problema de la basura espacial.
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