Daihatsu, fabricante de automóviles japonés propiedad de Toyota, ha detenido la producción en sus cuatro fábricas de Japón después de admitir que falsificó los resultados de las pruebas de seguridad de sus vehículos durante más de 30 años. El cierre de las fábricas durará al menos hasta finales de enero y afectará a unos 9.000 empleados. Este escándalo ha profundizado la crisis de la marca japonesa, que ya se vio involucrada en otros problemas de seguridad este año. Daihatsu anunció que un comité independiente encontró evidencia de manipulación de las pruebas de seguridad en hasta 64 modelos de vehículos, incluidos 22 vendidos bajo la marca Toyota. Los casos de manipulación de datos, declaraciones falsas y modificaciones indebidas de los vehículos para pasar las pruebas de certificación de seguridad se remontan a 1989, con un aumento significativo desde 2014. Daihatsu ha suspendido temporalmente todos los envíos de vehículos y Toyota prometió reorganizar su filial para revitalizarla. Este es el último escándalo de seguridad de Daihatsu, que también admitió violar las normas en las pruebas de choque de más de 88.000 automóviles en abril y presentar datos incorrectos para las pruebas de colisión de dos vehículos eléctricos híbridos en mayo. La lista completa de los 64 modelos afectados se encuentra en el sitio web de Daihatsu.
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