Los atascos en las grandes ciudades generan pérdidas económicas millonarias, afectando la productividad de los trabajadores y la salud pública. Además, los transportistas y mensajeros ven ralentizados sus pedidos y se desperdicia una gran cantidad de carburante. Construir más infraestructuras no es la solución, es necesario buscar alternativas como tarifas de acceso al centro de las ciudades. Las pérdidas económicas por los atascos en Estados Unidos alcanzaron los 305.000 millones de dólares en 2016. En España, los conductores madrileños pasan alrededor de 42 horas al año en atascos.