El CSIC ha desarrollado una tecnología basada en la fotosíntesis para mejorar la eficiencia de las energías renovables. Inspirados en la naturaleza, han creado un sistema de autorregulación de la temperatura que evita la pérdida de energía en los paneles fotovoltaicos. Utilizando mecanismos cuánticos observados en las plantas, esta tecnología promete solucionar uno de los principales problemas de las renovables: la ineficiencia en el almacenamiento de energía. Con esta innovación, el CSIC busca combatir el cambio climático y potenciar el uso de energías limpias en el futuro.