A mediados de septiembre, la cadena CNBC reveló que Intel está considerando escindir su negocio de diseño de circuitos integrados de sus fábricas de semiconductores. Esta estrategia recuerda el movimiento de AMD en 2009, cuando creó GlobalFoundries y se desligó de sus plantas de fabricación de chips. En aquel entonces, AMD enfrentaba problemas financieros y la venta de sus plantas le ayudó a recuperarse.
En el caso de Intel, la situación podría ser similar. En julio de 2021, The Wall Street Journal informó que Intel estaba evaluando la compra de GlobalFoundries por 30.000 millones de dólares. Sin embargo, esa operación no se concretó. Ahora, Intel está considerando crear un spinoff para su negocio de fabricación de semiconductores.
Tras el anuncio de CNBC, las acciones de Intel subieron un 8%, lo que indica que los inversores ven este movimiento como positivo. No obstante, el futuro de las fábricas de chips sigue siendo incierto. La opción más plausible es que se forme una nueva empresa que opere de manera independiente, pero bajo el paraguas de Intel.
Otra posibilidad es que Intel venda sus plantas a una compañía capaz de operarlas. En este sentido, TSMC podría ser un candidato ideal, pero su director general, C.C. Wei, ha declarado que no están interesados en adquirir las fábricas de Intel. Wei argumenta que la infraestructura de producción de Intel es grande y compleja, lo que requeriría una inversión significativa.
Además, Intel produce principalmente chips para su propio uso, lo que significa que muchos de sus procesos son propietarios y no estándar en la industria. Reequipar las plantas para otros procesos sería costoso y complicado, incluso para una empresa como TSMC.
A pesar de la negativa de TSMC, es importante seguir de cerca la evolución de estas dos compañías y sus decisiones en el futuro.
Imagen: TSMC