El mercado de los coches eléctricos en España está experimentando un crecimiento, pero a un ritmo lento. Según datos de ANFAC, hasta septiembre se han matriculado 43.895 coches eléctricos, lo que representa un aumento del 2,98% en comparación con el año anterior. A pesar de un mes récord en septiembre, la cuota de mercado de esta tecnología se mantiene en un 4,90%.
Existen diversas razones para este estancamiento. Muchos consumidores aún creen que el coche eléctrico no es adecuado para viajes largos, que hay una falta de enchufes o que el precio es elevado. Aunque el ahorro a largo plazo puede ser significativo, los precios actuales asustan a los compradores, que prefieren coches pequeños y económicos.
Los modelos más vendidos en España, como el Dacia Sandero y el Seat Ibiza, reflejan esta tendencia hacia vehículos de bajo coste. De los coches más vendidos, solo el Seat Arona y el Peugeot 2008 no tienen versiones por debajo de los 20.000 euros.
En el rango de 15.000 a 30.000 euros, se encuentran modelos como el Dacia Spring y el Opel Corsa, que ofrecen autonomías de entre 320 y 350 kilómetros. Sin embargo, los coches que superan los 500 kilómetros de autonomía son significativamente más caros, como el Toyota bZ4X, que cuesta 34.500 euros.
Para atraer a los consumidores, las marcas están implementando estrategias de financiación flexible. Esto permite a los clientes pagar una entrada baja y cuotas mensuales asequibles, facilitando el acceso a un coche eléctrico. Por ejemplo, Renault ofrece un plan que adelanta las ayudas del Plan MOVES III, permitiendo a los clientes pagar cuotas de 95 euros al mes.
En resumen, aunque el mercado de coches eléctricos en España está en crecimiento, enfrenta importantes desafíos. Las marcas están buscando soluciones creativas para atraer a los consumidores y facilitar la transición hacia una movilidad más sostenible.
Imagen: Renault
