La agrovoltaica se presenta como una de las grandes promesas de las energías renovables, especialmente en el contexto de la agricultura extensiva en España. Este enfoque busca el uso compartido del suelo, permitiendo la instalación de paneles solares sin sacrificar la producción agrícola. Un grupo de investigadores de la Universidad de Córdoba ha desarrollado un modelo matemático que permite la instalación de paneles solares en olivares en seto, optimizando tanto la generación de electricidad como la producción de aceite.
La elección de los olivares se debe a su capacidad para maximizar el uso de la tierra, permitiendo la coproducción de energía y aceite. Este sistema se basa en un análisis geométrico-vectorial que calcula la irradiación solar y la exposición de los paneles y los olivos. De esta manera, se busca encontrar un equilibrio entre la generación de energía y el rendimiento agrícola, minimizando el impacto del sombreado de los paneles sobre el crecimiento de los olivos.
En la práctica, se han realizado pruebas en una finca de olivar superintensivo en Córdoba, generando diversas combinaciones geométricas para optimizar la instalación de los paneles. Este modelo no solo se aplica a los olivares, sino que también se ha visto en otros cultivos, como viñedos en Italia, donde se ha observado una mejora en la calidad del vino gracias a la protección que ofrecen los paneles solares.
Los olivares en seto están ganando popularidad en España y Portugal, ya que permiten una mayor mecanización y reducen costes. Además, presentan ventajas en la reducción de plagas y enfermedades, lo que contribuye a una producción más sostenible. La agrovoltaica, por tanto, no solo representa una solución innovadora para el uso del suelo, sino que también promueve la sostenibilidad en la agricultura y la producción de energía.
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