El 30 de septiembre de 2023, Reino Unido cerró su última planta de carbón, marcando el fin de una era de 142 años. Esta planta, ubicada en Ratcliffe-on-Soar, había abastecido al país durante más de 57 años. Durante el siglo XX, el carbón fue esencial para el suministro eléctrico, llegando a satisfacer el 76% de la demanda en los años 80. Sin embargo, su uso ha disminuido drásticamente en la última década.
La historia del carbón en Reino Unido está íntimamente ligada a su desarrollo industrial. Desde la apertura de la primera central eléctrica a carbón en 1882, el carbón se convirtió en la principal fuente de energía. Sin embargo, a partir de la década de los 70, nuevas fuentes como el petróleo y la energía nuclear comenzaron a desestabilizar su dominio. A pesar de alcanzar su pico en 1980, el carbón fue perdiendo terreno debido a huelgas, políticas renovables y la creciente oposición ambiental.
El cierre de la última planta se debe a múltiples factores, incluyendo regulaciones como la Ley del Cambio Climático de 2008 y el incentivo a las energías renovables. El gobierno británico ha trabajado para reducir las emisiones en un 60% para 2050, lo que ha llevado a una disminución en la competitividad del carbón frente a alternativas más limpias y económicas.
A pesar de este avance, muchos países, como China, India y Estados Unidos, siguen dependiendo del carbón. China, en particular, continúa abriendo nuevas centrales, aunque las energías renovables han superado su capacidad eléctrica. Con este cierre, Reino Unido se convierte en el primer país del G7 en abandonar el carbón, enviando un mensaje claro sobre la transición hacia energías más sostenibles.
Imagen: Arran Bee