El mercado laboral está experimentando una transformación significativa, marcada por la resistencia de la Generación Z a asumir roles de gerencia intermedia. Esta tendencia surge tras la adaptación al teletrabajo y la posterior vuelta a la presencialidad. Los jóvenes profesionales no ven los ascensos como un símbolo de éxito, sino como una carga adicional sin beneficios económicos claros.
Según una encuesta de Robert Walters, el 72% de los jóvenes prefiere gestionar su propia carrera y adquirir experiencia, en lugar de administrar la de otros. Este enfoque refleja una mentalidad emprendedora, donde se prioriza el desarrollo personal sobre la gestión de equipos.
Además, el 69% de los jóvenes considera que los cargos intermedios implican un alto nivel de estrés y escasa remuneración. Esta percepción se ve respaldada por otra encuesta de Capterra, que indica que un 75% de los mandos intermedios se sienten abrumados por sus responsabilidades.
La resistencia de la Generación Z a ascender se encuentra en un contexto donde las empresas también muestran reticencia a promover a sus empleados. Se ha denominado este fenómeno como el Gran estancamiento. A pesar de que el 89% de los empleadores reconoce la importancia de los cargos intermedios, se prevé que solo el 8% de los empleados sean ascendidos en 2024.
Grandes compañías como Meta y Amazon están aplanando sus organigramas para aumentar la eficiencia, lo que podría afectar aún más las oportunidades de ascenso. En este nuevo panorama, la Generación Z busca un equilibrio entre el trabajo y el bienestar, priorizando su desarrollo personal sobre las expectativas tradicionales de carrera.
Imagen: Unsplash (Annie Spratt)