Ubicada en el Golfo Pérsico, la isla de Jark es un enclave estratégico para Irán. Con una superficie de menos de 25 kilómetros cuadrados, alberga la terminal petrolera más grande del país. Más del 95% de las exportaciones de petróleo iraní se realizan desde aquí, según datos de la Agencia de Noticias de la República Islámica (IRNA) de 2022.
La reciente escalada de tensión con Israel ha generado preocupación entre analistas de materias primas. Tras el lanzamiento de cerca de 200 misiles iraníes sobre Israel, se teme que las infraestructuras energéticas sean los siguientes objetivos. RBC Capital Markets advierte que Irán podría atacar su propia terminal para internacionalizar los costes en caso de una guerra total.
Irán, miembro fundador de la OPEP, produce aproximadamente 3,6 millones de barriles de petróleo al día. La jefa de estrategia global de materias primas de RBC, Helima Croft, sugirió que Israel podría atacar las infraestructuras petroleras iraníes en respuesta a los recientes ataques. Esto ha llevado a pensar en un escenario donde el suministro de petróleo iraní esté en peligro.
Desde que se reavivaron las tensiones en Oriente Próximo, los precios del crudo han comenzado a subir. El precio del Brent ha aumentado un 2%, alcanzando los 75 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) se ha revalorizado un 1,78%, superando los 72 dólares. Los analistas de ING advierten que cuanto más se involucre Irán en el mercado del petróleo, mayor será el riesgo de interrupciones en el suministro.
A pesar de la cautela, los analistas creen que la variación de precios será moderada, ya que el mercado se ha vuelto insensible a los acontecimientos en Oriente Medio. Sin embargo, la respuesta de Israel podría aumentar la prima de riesgo en el mercado del petróleo. La OPEP+ se reunirá para discutir la política de producción, aunque no se esperan cambios significativos en los recortes voluntarios.
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