Los números no dejan lugar a dudas: Asia controla el 90% de los chips de memoria, el 75% de los microprocesadores y el 80% de las obleas de silicio. Esta situación plantea un desafío considerable para Occidente, que busca recuperar terreno en la industria de los semiconductores.
En una reciente declaración, Gina Raimondo, Secretaria de Comercio de EEUU, anunció que el Gobierno de Biden aspira a fabricar el 20% de los chips de vanguardia del mundo para 2030. Esta meta se alinea con la de Europa, que también busca alcanzar el mismo porcentaje. Sin embargo, la ventaja comercial de Asia parece insalvable a medio plazo.
El plan de EEUU se presenta como más sólido que el de Europa, gracias a una infraestructura de fabricación de circuitos integrados más desarrollada. Empresas como Intel, TSMC y Samsung están invirtiendo en nuevas plantas en suelo estadounidense, lo que podría ayudar a alcanzar el objetivo de un 40% del mercado global de semiconductores.
Por otro lado, Asia no está dispuesta a ceder terreno. Según SEMI, se prevé que los fabricantes de semiconductores gasten un récord de 400.000 millones de dólares en equipos de producción entre 2025 y 2027. China, Corea del Sur y Taiwán lideran este gasto, con inversiones de más de 100.000 millones, 81.000 millones y 75.000 millones de dólares, respectivamente.
En contraste, EEUU y Europa se quedarán atrás, con gastos de 63.000 millones y 27.000 millones de dólares. Japón también se sumará a la inversión, con 32.000 millones de dólares. Estas cifras reflejan el esfuerzo económico que se está realizando para mantener la competitividad en el sector de los semiconductores.
En resumen, aunque Occidente tiene planes ambiciosos para recuperar su posición en la industria de los semiconductores, Asia sigue dominando el mercado y no parece dispuesta a ceder su liderazgo.
Imagen: Xataka
