Telegram está atravesando un momento convulso debido a sus nuevas políticas de privacidad. En agosto, su CEO, Pável Durov, fue arrestado en Francia por una orden judicial relacionada con la falta de moderación en la plataforma. Esta situación ha puesto de manifiesto la presencia de contenido ilícito, como pornografía y derechos de autor, así como su conexión con la Deep Web.
Históricamente, Telegram ha mantenido la privacidad de sus usuarios, evitando compartir datos sensibles. Sin embargo, tras la detención de Durov, la compañía ha decidido implementar un cambio significativo: comenzará a compartir direcciones IP y números de teléfono de usuarios que compartan contenido ilegal, pero solo bajo orden judicial.
Este giro en la política de Telegram ha generado preocupación, ya que la plataforma, que antes era considerada un refugio seguro para delincuentes, ahora se muestra más colaborativa con las autoridades. Según Bloomberg, Durov ha confirmado que la empresa proporcionará más información a los gobiernos que lo soliciten, algo que antes no hacía.
Además, Telegram ha creado un equipo que, con la ayuda de inteligencia artificial, se encargará de ocultar contenido problemático en los resultados de búsqueda. Estos cambios llegan en un contexto donde Durov es acusado de estar vinculado a delitos cometidos a través de la aplicación, aunque él lo niega rotundamente.
La situación es aún más alarmante, ya que se ha reportado que Telegram se utiliza para la venta de sustancias ilícitas, como anabolizantes, entre los jóvenes en España. A pesar de las acusaciones, la empresa parece estar tomando medidas para protegerse y cumplir con las exigencias legales.
En resumen, la decisión de Telegram de compartir datos de usuarios con gobiernos marca un cambio histórico en su política de privacidad. Habrá que esperar para ver si se implementan más medidas que puedan afectar su atractivo entre los usuarios.
Imagen: Oberon Copeland