Chipre ha experimentado un notable resurgimiento turístico en los últimos años, gracias a su clima cálido y a su liderazgo en calefacción solar. Con más de 300 días de sol al año, la isla se ha convertido en un referente en el uso de energía solar, superando a otros países de la Unión Europea en la adopción de sistemas de calefacción solar de agua. Actualmente, un asombroso 93,5% de los hogares chipriotas utilizan esta tecnología, lo que ha permitido reducir el consumo de electricidad y mejorar la sostenibilidad energética.
La historia de este éxito se remonta a la década de 1970, cuando Chipre, tras la crisis energética mundial, comenzó a buscar alternativas al petróleo importado. La energía solar se presentó como una solución viable, y se instalaron los primeros calentadores solares de agua en edificios residenciales y comerciales. A partir de 1977, la popularidad de estos sistemas creció, llevando a la creación de un sindicato de industriales locales de energía solar térmica.
Durante los años 80, Chipre se consolidó como líder mundial en calefacción solar, gracias a su abundante sol, incentivos gubernamentales y la necesidad de reducir la dependencia energética. Para finales de esa década, la mayoría de los hogares ya contaban con calentadores solares, y en los 90, la calefacción solar de agua se había universalizado. Las regulaciones impulsaron aún más la adopción de esta tecnología, convirtiendo a Chipre en un ejemplo a seguir en sostenibilidad.
Hoy en día, el sector turístico también se beneficia de esta tecnología, con casi el 100% de los hoteles utilizando sistemas de agua caliente alimentados por energía solar. Chipre continúa expandiendo su enfoque hacia otras formas de generación solar, como la energía fotovoltaica, manteniéndose a la vanguardia de la sostenibilidad energética.
Imagen: Malcolm Murdoch
