Finlandia ha sido reconocido como uno de los lugares más felices del mundo, según diversas encuestas. Sin embargo, la realidad para muchos expatriados es muy diferente. La encuesta anual Expat Insider de InterNations ha revelado que Finlandia ocupa el tercer lugar en la lista de los peores países para vivir, solo superado por Turquía y Kuwait.
Los expatriados han expresado su descontento, especialmente en áreas como el trabajo en el extranjero y la facilidad de adaptación. A pesar de que Finlandia destaca en capacidades digitales y medio ambiente, su alto costo de vida y la insatisfacción financiera han afectado la percepción de los expatriados. Muchos consideran que sus ingresos no son suficientes para llevar una vida cómoda.
Además, el idioma finés se presenta como un obstáculo significativo. Aunque el inglés es común en el ámbito laboral, las empresas a menudo exigen un dominio del finés, lo que dificulta la integración social y profesional. Los expatriados también han señalado que los finlandeses tienden a ser poco tolerantes con los extranjeros, lo que complica aún más la creación de un círculo social.
La situación se agrava por la escasez de oportunidades laborales y la percepción de discriminación en el mercado de trabajo. Muchos expatriados se mudan a Finlandia por razones personales, como unirse a una pareja, lo que puede limitar sus perspectivas profesionales y contribuir a su insatisfacción.
A pesar de ser considerado el país más feliz del mundo, la experiencia de los expatriados en Finlandia sugiere que la felicidad es un concepto subjetivo. La discrepancia entre las encuestas de felicidad general y las experiencias de los expatriados pone de manifiesto la complejidad de la vida en este país nórdico.
Imagen: youngrobv, Kuunkuiskaajat