La antimateria es un tema fascinante que atrae tanto a físicos de partículas como a entusiastas de la ciencia. Su estudio es crucial para entender el origen del universo y el desequilibrio entre materia y antimateria. La antimateria está compuesta por antipartículas, que tienen la misma masa que las partículas convencionales, pero con carga eléctrica opuesta. Por ejemplo, el positrón es la antipartícula del electrón.
Una de las propiedades más sorprendentes de la antimateria es que, al entrar en contacto con la materia, ambas se aniquilan, liberando una gran cantidad de energía. Actualmente, el CERN se dedica a investigar la antimateria para desvelar sus secretos. Este laboratorio es el más avanzado en física de partículas y cuenta con experimentos diseñados para estudiar las propiedades fundamentales de la antimateria.
Uno de estos experimentos es el BASE (Baryon Antibaryon Symmetry Experiment), que busca medir con precisión las propiedades de los antiprotones. Para ello, es necesario enfriar los antiprotones a temperaturas extremadamente bajas, por debajo de 200 milikelvins. Este proceso solía tardar 15 horas, pero gracias a un nuevo dispositivo, ahora se puede realizar en solo 8 minutos, lo que mejora significativamente la precisión de las mediciones.
El proceso de enfriamiento implica desacelerar los antiprotones y confinarlos en campos eléctricos y magnéticos. Luego, se extrae uno de ellos para medir su temperatura. Si es demasiado alta, se transfiere a una trampa de Penning para reducir su energía. Este esfuerzo es fundamental para que los físicos puedan entender el desequilibrio entre materia y antimateria en el universo.
En resumen, el trabajo del CERN en el estudio de la antimateria es un paso importante hacia la comprensión de algunos de los misterios más profundos del cosmos.
Imagen: CERN