La tendencia humana de vivir en grandes ciudades contrasta con la necesidad innata de estar en contacto con la naturaleza. Un estudio de la Universidad de Warwick, publicado en la revista Nature, investigó la relación entre la felicidad y el contacto con la naturaleza. Los resultados sirvieron de base para la regla 3-30-300, que busca aumentar la felicidad mediante la exposición a entornos naturales.
El estudio demostró que las personas que frecuentan espacios naturales experimentan mayores niveles de felicidad y menos estrés, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Un estudio conjunto entre la Universidad de Warwick y el Dartmouth College de Estados Unidos encontró que en Europa, los países con poblaciones más felices registran menores niveles de presión arterial y frecuencia cardíaca.
En Noruega, el contacto con la naturaleza es una tradición conocida como friluftsliv. Cecil Konijnendijk, investigador holandés, propone la regla 3-30-300 para integrar la naturaleza en la vida diaria y mejorar el bienestar. Esta regla establece que desde la ventana de casa se deben ver al menos tres árboles, el barrio debe tener un 30% de cobertura arbórea y se debe vivir a un máximo de 300 metros de un parque o espacio verde.
Para quienes viven en grandes ciudades, la regla puede adaptarse. Si no se ven tres árboles desde la ventana, se recomienda tener al menos tres plantas en casa. Además, se sugiere pasar tiempo al aire libre, ya sea en parques cercanos o en espacios naturales más amplios, para disfrutar de los beneficios de la naturaleza.
Imagen: Unsplash (Trent Haaland)