Un reciente estudio científico revela que la caza del jabalí no es eficaz para frenar su expansión. En cambio, la mejora de las poblaciones de lobo ibérico podría controlar la propagación de ungulados como corzos, ciervos y jabalíes en la Península Ibérica. La investigación, publicada en SpringerLink y realizada por la Universidad de Valladolid y el CSIC, destaca la necesidad de integrar la depredación natural del lobo con la caza recreativa para gestionar estas poblaciones de manera eficiente.
El estudio, titulado ‘Hacia una gestión ecológica de ungulados sobreabundantes’, analiza la evolución de los accidentes de tráfico con ungulados y su relación con la caza. Los resultados muestran que la caza recreativa no ha logrado reducir de manera efectiva el tamaño poblacional de estos animales. En cambio, se sugiere que permitir el crecimiento de grandes depredadores como el lobo podría ejercer una mayor presión sobre las poblaciones de ungulados.
El aumento de las poblaciones de ungulados en Europa se debe al abandono del mundo rural, la reforestación y la ausencia de depredadores naturales. Estos incrementos provocan conflictos con la sociedad, como daños agrícolas, transmisión de enfermedades y accidentes de tráfico. La caza recreativa es la principal herramienta de gestión, pero no ha sido suficiente para controlar estas poblaciones.
El estudio recomienda adoptar estrategias de gestión que integren el conocimiento ecológico sobre la dinámica de poblaciones de ungulados y el efecto de la depredación por grandes carnívoros. Experiencias similares en Norteamérica han demostrado la eficacia de fomentar las interacciones tróficas en los ecosistemas. En España, el conocimiento sobre las poblaciones de lobo es limitado, pero los resultados del estudio apoyan la necesidad de permitir su crecimiento para controlar la expansión de ungulados.
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