Europa y los coches eléctricos chinos: entre aranceles y atracción de fábricas

Europa enfrenta un dilema con los coches eléctricos chinos. Por un lado, teme que inunden el mercado europeo gracias a sus precios bajos, posibles gracias a las generosas ayudas del Gobierno chino. Por otro lado, los países europeos buscan atraer a las marcas chinas para que instalen fábricas en Europa y así crear puestos de trabajo.

La Unión Europea está considerando la imposición de nuevos aranceles a los coches chinos para limitar su penetración en el mercado. Sin embargo, al mismo tiempo, los gobiernos nacionales ofrecen incentivos para atraer a los fabricantes chinos de automóviles que quieren construir fábricas en Europa. Esto crea una situación paradójica donde se critica la ayuda estatal china, pero se ofrecen ayudas locales para atraer inversiones.

Marcas como BYD, Chery Automobile y SAIC Motor buscan instalarse en Europa para desarrollar sus marcas, ahorrar en transporte y evitar posibles aranceles. Estas empresas son conscientes de que deben ser percibidas como europeas o, al menos, como “fabricantes amigos”. Un ejemplo es SAIC, que compró la histórica marca inglesa MG para mejorar su imagen en el continente.

La competencia en el mercado chino y la guerra de precios han llevado a las marcas chinas a buscar oportunidades en Europa, donde pueden vender sus coches a precios más altos. Las ventas de coches de marcas chinas representaron el 4% del mercado europeo el año pasado y se prevé que alcancen el 7% en 2028.

En los últimos cinco años, Europa ha visto un aumento en la instalación de fábricas de coches chinos. Hungría, España y Polonia han atraído inversiones significativas de fabricantes chinos como BYD y Chery. Estos países ofrecen incentivos como exenciones fiscales y ayudas directas para la creación de puestos de trabajo.

En resumen, mientras Europa busca proteger su mercado de la competencia china mediante aranceles, también está interesada en atraer inversiones chinas para impulsar su economía y crear empleo. Esta dualidad refleja la complejidad de las relaciones económicas y comerciales en el contexto global actual.

Imagen: Motorpasión

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