Las oficinas emiten grandes cantidades de compuestos orgánicos volátiles (VOC) que afectan la calidad del aire urbano. Los sistemas de climatización (HVAC) y productos de cuidado personal utilizados por los empleados son las principales fuentes de estos contaminantes. Un estudio de la Universidad Purdue revela que estas emisiones pueden ser comparables a las del tráfico rodado.
Los investigadores midieron la calidad del aire en un edificio de oficinas y encontraron que las concentraciones de VOC eran de 2 a 15 veces más altas que en el exterior. Estos compuestos, como los siloxanos y monoterpenos, provienen de desodorantes, perfumes y otros productos de cuidado personal. Además, los sistemas de ventilación de los edificios contribuyen a la liberación de estos contaminantes al exterior.
El estudio subraya la necesidad de implementar filtros de carbón y otras tecnologías para limpiar el aire en los edificios. Conocer el impacto de estas emisiones es crucial para desarrollar estrategias de mitigación y mejorar la calidad del aire urbano.
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