Las garrapatas son parásitos que pueden transmitir diversas enfermedades tanto a humanos como a perros. En España, las enfermedades infecciosas transmitidas por garrapatas más comunes son la fiebre botonosa mediterránea, la enfermedad de Lyme y Debonel/Tibola. Aunque también pueden transmitir anaplasmosis humana y babesiosis, estas son menos frecuentes.
El Ministerio de Sanidad recomienda que, ante una picadura de garrapata, se informe al paciente que el riesgo de desarrollar una enfermedad es mínimo. Sin embargo, se debe observar durante un mes, ya que el periodo de incubación máximo es de 32 días. Si aparecen síntomas, es crucial acudir al médico.
Para extraer una garrapata anclada a la piel, se deben usar pinzas y desinfectar con povidona yodada o clorhexidina. No se deben usar métodos tradicionales como alcohol, aceite o calor, ya que aumentan el riesgo de contagio. La garrapata extraída debe conservarse en un bote con papel húmedo para posibles estudios.
Las picaduras de garrapata en perros también son preocupantes. La enfermedad de Lyme es la más común y puede causar hinchazón de las articulaciones, cojera, fiebre y pérdida de apetito. En casos graves, puede llevar a una enfermedad renal mortal. Los veterinarios recomiendan pruebas anuales de detección de Lyme, especialmente en áreas donde la enfermedad es frecuente.
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