La cucaracha alemana, también conocida como Blattella germanica, es la plaga urbana más extendida del planeta. Originaria del delta del río Ganges en Asia, esta especie ha logrado establecerse en casi todos los rincones del mundo, excepto en la Antártida. Su éxito se debe a varias características notables: son pequeñas, se reproducen rápidamente, han desarrollado resistencia a los insecticidas y son extremadamente cooperativas.
Curiosamente, su nombre no refleja su origen. Durante la Guerra de los Siete Años, cada bando las nombró según su enemigo, y cuando Linneo las clasificó, las denominó “alemanas” porque los ejemplares que analizó provenían de Alemania. Sin embargo, su verdadero origen se encuentra en Asia.
Un estudio reciente liderado por Qian Tang de la Universidad de Harvard ha analizado el ADN de 281 especímenes de 17 países para entender su expansión global. Las cucarachas alemanas utilizaron dos rutas principales: una hacia el oeste hace 1200 años y otra hacia el este hace 390 años, llegando a Europa a través del comercio con Indonesia.
Dos factores clave explican su globalización: el aumento de la temperatura en las casas y la limpieza. Las cucarachas alemanas prosperan en ambientes cálidos y, al ser animales domésticos, las casas más calientes les proporcionaron un entorno ideal. Además, su carácter colaborativo les permite buscar comida de manera más eficiente en entornos limpios, ayudándolas a superar a sus competidores.
Imagen: Lmbuga
