En España, los ciudadanos están obligados por ley a separar sus desechos domésticos en distintos contenedores. Un 82 % de los hogares cuenta con al menos dos espacios para separar su basura. Mientras tanto, la tecnología avanza y los métodos de clasificación automática se vuelven más sofisticados. Sin embargo, ¿sigue siendo útil que los españoles asuman la responsabilidad de separar su basura de forma manual en 2024?
Concienciación como prioridad
El artículo 8 de la ley de residuos 7/2022 establece que los ayuntamientos deben llevar a cabo medidas incentivadoras, como campañas de concienciación pública, para promover la separación de residuos. Empresas como FCC Medio Ambiente y Urbaser también realizan campañas de concienciación, al igual que el sistema colectivo Ecoembes, formado por más de 17 000 empresas envasadoras y de comercio. Estas campañas se difunden a través de talleres, folletos informativos y otros métodos.
Paralelamente, existen técnicas automáticas para separar materiales en las plantas de gestión de residuos, aprovechando características físicas y químicas de los materiales. Sin embargo, la diversidad y complejidad de los materiales hacen que su separación sea un reto constante. La sociedad es consciente de este problema, como lo demuestra el creciente número de publicaciones científicas sobre la clasificación de residuos.
En España, los niveles de reciclado están por debajo de los de la Unión Europea. En 2021, el vertedero seguía siendo el principal destino del 51.91 % de los residuos domésticos, mientras que el reciclaje y el compostaje suponían menos del 40 %. La industria española necesita más inversión e investigación, así como una mayor digitalización.
La punta del iceberg
Según el INE, en 2021, los residuos de los hogares españoles constituyeron un 19.6 % del total. Aunque un 82 % de los hogares asegura hacer separación de su basura, solo el 7.8 % de los residuos totales producidos en España en 2021 fueron de origen doméstico y reciclados al final del proceso. La cadena de procesamiento de los residuos domésticos es amplia y depende de muchos factores, como su financiación o sus límites tecnológicos.
En España, los servicios de recogida y gestión de residuos son financiados por aquellos que los producen. Si los ciudadanos no separasen manualmente su basura, los costes de gestión se incrementarían. Un estudio reciente valoró los daños ambientales producidos en Chile por residuos sin separar en 297 euros por tonelada. Es probable que los costes en España sean suficientemente altos como para que la respuesta sea negativa.
En última instancia, el papel activo del ciudadano cubre los huecos que la tecnología aún no puede cubrir y previene un aumento de los costes de gestión. Aunque la tecnología avanza, la sociedad todavía está lejos de contar con sistemas capaces de gestionar eficazmente residuos no separados. La previa separación es un pilar fundamental en el reciclaje.
Imagen: Fotolia – AdobeStock