Los ácidos grasos omega-3 reducen el comportamiento agresivo, según un estudio

Una reciente investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania ha descubierto que los ácidos grasos omega-3 son capaces de reducir el comportamiento agresivo y violento. Publicado en la revista científica Aggression and Violent Behavior, el estudio revela que estos nutrientes, presentes en alimentos como las sardinas, el salmón, las nueces y las semillas de chía, pueden disminuir tanto las “agresiones reactivas” como las “agresiones proactivas”.

El estudio, liderado por los profesores Adrian Raine y Lia Brodrick, contó con 3.918 participantes y analizó su comportamiento, nutrición y otros valores. Los resultados muestran que la suplementación con omega-3 reduce significativamente el comportamiento agresivo a corto plazo, aunque a un nivel modesto. Dado el enorme costo económico y psicológico de la agresión y la violencia en la sociedad, incluso los efectos pequeños deben tomarse en serio.

El doctor Raine explica que la suplementación con omega-3 beneficia una serie de psicopatologías, incluidas la depresión y la ansiedad, y más discutiblemente, los trastornos del espectro de la esquizofrenia. Los omega-3 influyen en el sistema de serotonina de manera beneficiosa, pero también afectan otros neurotransmisores. El desafío es comprender exactamente cómo el omega-3 influye en la neurofisiología para beneficiar la salud mental.

Estudios previos ya han confirmado los beneficios para la salud de consumir omega-3, como el mantenimiento de las estructuras celulares, la prevención de la obesidad y otras patologías cardiacas, y la reducción de la inflamación del cuerpo. Dado que el cuerpo no puede producir estos ácidos grasos por sí mismo, debemos ingerirlos mediante la nutrición o suplementos externos.

La dietista nutricionista Melanie Murphy Richter explica que los ácidos grasos omega-3 pueden interactuar con el cerebro de múltiples maneras. La presencia de omega-3, especialmente DHA, puede hacer que las membranas vesiculares sean más receptivas a las señales que provocan la liberación de serotonina. Al mejorar este proceso, hay más serotonina disponible para transmitir entre las neuronas del cerebro y otras partes del sistema nervioso central (SNC). Además, los omega-3 pueden afectar la expresión de ciertos genes al aumentar la funcionalidad de ciertas enzimas que crean el precursor de la serotonina, el 5-HTP, mejorando así la producción de serotonina.

La investigación también demuestra que una mala nutrición puede ser un verdadero factor de riesgo para la externalización de los problemas de conducta, lo que abre la puerta a un mayor estudio en cómo los suplementos nutricionales podrían reducir este tipo de comportamientos. Los autores del estudio sostienen que los omega-3 pueden regular la serotonina y el estado de ánimo, lo que, combinado con otras vías de tratamiento, puede marcar una diferencia en el comportamiento antisocial o agresivo.

Imagen: infobae

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