El telescopio LBT (Large Binocular Telescope), ubicado en el monte Graham en Arizona, ha captado una nueva imagen de Ío, la luna de Júpiter, con una resolución sin precedentes desde nuestro planeta. La imagen, tomada el 10 de enero, permite distinguir características de hasta 80 kilómetros de diámetro, a una distancia de 692 millones de kilómetros.
Ío es conocido por ser el lugar más volcánicamente activo del sistema solar, debido a las fuerzas de marea ejercidas por Júpiter y sus lunas vecinas, Ganímedes y Calisto. Estas fuerzas deforman a Ío, generando fricción interna que calienta la roca y provoca su intensa actividad volcánica.
Gracias a la alta resolución de las imágenes, se han constatado cambios en la superficie de Ío, como un resurgimiento geológico en el volcán Pele. Según Al Conrad, miembro del equipo de observación, Ío ofrece una oportunidad única para estudiar erupciones volcánicas que moldearon la Tierra y la Luna en el pasado.
La imagen fue captada con la ayuda de SHARK-VIS, un instrumento de captura de imágenes de alto contraste que compensa el efecto de la atmósfera terrestre. Este avance ha permitido observar eventos de resurgimiento que antes eran imposibles de ver desde la Tierra.