En 1895, durante una expedición en KwaZulu-Natal, John Medley Wood y James Wylie descubrieron una planta desconocida. Trabajaban en el Jardín Botánico de Durban y decidieron llevarla con ellos. Sin saberlo, estaban salvando la vida de la Encephalartos woodii, una planta que hoy está casi extinta. Solo quedan clones masculinos, por lo que se la conoce como «la planta más solitaria del planeta».
Un equipo de la Universidad de Southampton, liderado por la doctora Laura Cinti, está decidido a encontrar una pareja para esta planta. Utilizan drones para fotografiar el bosque de oNgoye y algoritmos de IA para analizar las imágenes. Hasta ahora, han cubierto un 2% de las 4.100 hectáreas del bosque.
Este proyecto es pionero en el uso de tecnología avanzada para buscar especies desaparecidas. El entrenamiento del algoritmo ha sido un desafío debido a la escasez de ejemplares. Sin embargo, el éxito de esta iniciativa podría revolucionar la forma en que estudiamos y cartografiamos la Tierra.