El turismo excesivo está afectando a ciudades y pueblos pintorescos en todo el mundo, llevando a las autoridades locales a tomar medidas para frenarlo. En Venecia, se ha implementado una tasa turística de 5 euros durante la temporada alta para reducir la afluencia de visitantes. Esta medida ha generado controversia entre los residentes, quienes consideran que la tasa es insuficiente para disuadir a las multitudes y que viola la libertad de circulación.
En Binibeca Vell, un pueblo de Menorca, los habitantes han impuesto restricciones a las horas de visita de los turistas y han amenazado con cortar el acceso por completo. En Fujikawaguchiko, Japón, se ha instalado una barrera para controlar la afluencia de turistas que acuden en masa para fotografiar el monte Fuji, debido a comportamientos irrespetuosos y la acumulación de basura.
Otras localidades también están considerando medidas similares. Lauterbrunnen, en Suiza, está evaluando la posibilidad de introducir una tasa de entre 5 y 10 francos suizos para los visitantes que lleguen en coche. En el lago de Como, Italia, el alcalde está estudiando la implementación de un impuesto turístico para los visitantes, especialmente aquellos que llegan en autocares privados.
Las redes sociales juegan un papel importante en este fenómeno, ya que muchos turistas buscan la foto perfecta para compartir en sus perfiles, a menudo sin considerar el impacto en las comunidades locales y el medio ambiente. Las medidas adoptadas buscan equilibrar la afluencia turística con la calidad de vida de los residentes y la preservación de los lugares.
Imagen: Business Insider