El ruido tiene consecuencias muy negativas en la salud física y mental. Aunque la normativa es clara respecto al uso del claxon, hemos normalizado escuchar el megáfono del vendedor ambulante, de los partidos políticos en época de elecciones o las eternas obras en áreas urbanas.
El claxon, solo para emergencias
El uso del claxon está regulado en el artículo 110 del Reglamento General de Circulación. Solo se puede usar para alertar de un peligro, evitar un posible accidente, advertir al conductor de otro vehículo el propósito de adelantarlo o advertir su presencia en situaciones especialmente graves. Las multas por no cumplir esta normativa van desde los 80 a los 200 euros.
Legislación sobre megafonía
La legislación en torno a la protección contra la contaminación acústica está recogida en la Ley 37/2003, de 17 de noviembre. Las comunidades autónomas tienen competencias para fijar los límites y aplicar la normativa en torno al ruido. Por ejemplo, la normativa de la Comunidad de Madrid prohíbe el uso de megafonía en el medio ambiente exterior, salvo situaciones de emergencia o consolidadas por los usos tradicionales de la población. Las multas por no cumplir esta normativa pueden llegar hasta los 600 euros.
En resumen, tanto el uso indebido del claxon como de la megafonía están regulados y pueden ser motivo de sanción. Es importante respetar estas normativas para evitar molestias y proteger la salud de todos.
Imagen: Motorpasión