La playa de Las Teresitas: de atracción turística a santuario de tiburones angelote

La playa de Las Teresitas, ubicada en San Andrés, Santa Cruz de Tenerife, es un ejemplo fascinante de cómo una intervención humana puede tener consecuencias inesperadas. Creada entre los años 50 y 70, esta playa artificial fue concebida para atraer turistas con su arena dorada traída del Sahara Occidental. Hoy en día, Las Teresitas no solo es un destino popular para los veraneantes, sino también un santuario para los tiburones angelote (Squatina squatina).

El proyecto de transformación de la playa comenzó con la construcción de una escollera de un kilómetro de largo, que protegió la zona del oleaje y creó un entorno ideal para el baño. La arena negra original fue reemplazada por arena clara, transportada en millones de sacos desde el Sahara. Este cambio convirtió a Las Teresitas en una playa paradisíaca, similar a las del Caribe, y en un importante polo turístico.

Sin embargo, la playa también se ha convertido en un hábitat crucial para los tiburones angelote, una especie nocturna que se alimenta de peces, rayas, crustáceos y moluscos. Investigaciones realizadas en 2016 confirmaron que Las Teresitas es una zona de cría para estos tiburones, que encuentran en sus aguas tranquilas y protegidas un lugar ideal para reproducirse y crecer.

La presencia de estos tiburones ha generado algunos conflictos con los bañistas, especialmente cuando las crías son pisadas accidentalmente, lo que puede resultar en mordiscos ocasionales. Además, la acumulación de basura y la pesca deportiva ilegal son problemas que afectan a esta especie en peligro de extinción, incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas desde 2019.

En resumen, la playa de Las Teresitas es un ejemplo de cómo una intervención humana puede tener efectos imprevistos en el ecosistema. Lo que comenzó como un proyecto turístico se ha convertido en un santuario para una especie en peligro, demostrando la complejidad y la interconexión de los ecosistemas naturales.

Imagen: Dronepicr (Flickr), Ania Mendrek (Flickr) y Philippe Guillaume (Cabocanarias.com – Flickr)

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