En los últimos años, las cámaras de los móviles de gama alta han mostrado pocas innovaciones significativas. Aunque los fabricantes intentan vender funciones como novedades, muchas de ellas ya existían en modelos anteriores. Los rumores sobre la cámara del iPhone 16 Pro indican que no habrá grandes cambios este año. Sin embargo, se espera que en 2024 Apple introduzca un sensor ultra gran angular personalizado por Sony con 48 megapíxeles.
El estancamiento en el hardware fotográfico de los móviles es evidente. Los sensores de una pulgada, aunque no son comunes, ya se vieron en móviles de Sharp en 2021. Estos sensores presentan desafíos físicos significativos, dificultando su implementación sin comprometer el diseño del teléfono. Además, el rango focal de los móviles actuales, que va desde 16mm hasta casi 1.000mm, ya cubre una amplia gama de necesidades fotográficas.
La solución parece estar en el software. Mejorar los algoritmos de procesamiento es más económico que rediseñar el hardware. Sin embargo, esto plantea un problema: las cámaras están configuradas para ofrecer fotografías llamativas, lo que a menudo es incompatible con una fotografía más natural. Este enfoque ha llevado a que algunos móviles actuales procesen peor que modelos de hace uno o dos años.
En resumen, la industria de la fotografía móvil se encuentra en un punto de inflexión. Con el hardware tocando techo, el futuro parece estar en la optimización del software. Pero, ¿será suficiente para satisfacer a los usuarios más exigentes?
Imagen: Xataka