En varios pueblos de Galicia se ha producido una proliferación de moscas que ha generado preocupación entre políticos, instituciones, biólogos y ecologistas. Aunque no se puede hablar de una plaga generalizada, en algunos lugares el problema ha alcanzado niveles casi de infestación. La Universidad de Vigo ha realizado un estudio sobre el tema y la Federación Galega de Municipios e Provincias ha advertido de la presencia de moscas en una veintena de localidades. La situación revela cómo nuestro entorno está cambiando y plantea interrogantes sobre el futuro.
El problema se ha detectado en diferentes zonas de Galicia, con un total de 21 localidades afectadas. Sin embargo, algunos ayuntamientos han aclarado que no padecen una plaga de moscas. La encuesta realizada por la Fegamp incluía preguntas sobre aumentos bruscos en la población de moscas, tanto temporales como prolongados. La intensidad del fenómeno varía de un lugar a otro, pero el objetivo era concienciar sobre el problema y buscar soluciones.
En Tomiño, en la provincia de Pontevedra, se ha detectado una proliferación desproporcionada de moscas, lo que ha llevado a la alcaldesa a encargar un estudio sobre el tema. En Narón, en la provincia de A Coruña, también se ha registrado un problema similar en la parroquia de O Val. La temperatura y la humedad son factores clave en la proliferación de moscas, junto con la pérdida de aves insectívoras y masa forestal. Además, los cambios en la explotación de los campos de cultivo también pueden influir en el problema.
Las alcaldesas de las localidades afectadas piden medidas más allá de las competencias municipales y reclaman la atención de la Xunta. El impacto de las moscas en la vida diaria de los habitantes es significativo, afectando a actividades como cocinar o ventilar las casas. La situación plantea interrogantes sobre cómo nuestro entorno está cambiando y qué medidas se deben tomar para prevenir problemas similares en el futuro.
