Los genes neandertales han dejado un legado en los humanos modernos, y dos nuevos estudios han explorado sus implicaciones. El primero revela que el tamaño de la nariz puede estar relacionado con los genes neandertales en ciertas poblaciones. El segundo muestra que estos genes también están vinculados a nuestro sistema inmunológico. Los investigadores han identificado más de 235,000 variantes genéticas de origen neandertal, relacionadas con características humanas como el metabolismo y el desarrollo. Además, se ha descubierto que los genes más modernos están desplazando gradualmente a los genes neandertales. Otro estudio se centra en la forma de nuestras narices y encuentra 26 regiones genéticas relacionadas con rasgos faciales. Uno de los genes heredados de los neandertales, llamado ATF3, está vinculado tanto a la regeneración de tejidos nerviosos como al desarrollo de rasgos faciales. Esta herencia neandertal es más común en nativos americanos, lo que sugiere adaptación. La herencia genética neandertal también afecta a nuestra fisionomía facial, sistema inmunológico, metabolismo y partos. Comprender esta herencia es clave para entender nuestro cuerpo y agradecer a nuestros antepasados por los rasgos que nos hacen humanos.