El proyecto de The Portal, que consistía en dos pantallas gigantes que transmitían en tiempo real lo que ocurría en Nueva York y Dublín, no resultó ser tan edificante como se esperaba. Aunque hubo gestos bonitos, como bailes y saludos, también hubo quienes utilizaron las pantallas para insultar y mostrar contenido inapropiado, como una grabación del 11-S. Ante estos desmanes, las autoridades decidieron apagar las pantallas temporalmente.
La idea de The Portal era crear un puente visual en tiempo real entre las dos ciudades, permitiendo la interacción entre sus habitantes y visitantes. Las pantallas, ubicadas en lugares emblemáticos de Nueva York y Dublín, capturaban y transmitían imágenes en directo, creando una ventana de 5.100 km entre ambos puntos.
La instalación atrajo a personas curiosas que querían comunicarse y compartir su cultura. Se vieron gestos bonitos, como danzas y saludos, e incluso los bomberos de Dublín saludaron a sus colegas de Nueva York. Sin embargo, también hubo quienes utilizaron The Portal para provocar y exhibirse de manera inapropiada.
Se vieron insultos, gestos obscenos y hasta un vídeo del atentado del 11-S. Estas acciones generaron polémica y fueron difundidas en medios internacionales y redes sociales. Ante esta situación, las autoridades decidieron apagar las pantallas mientras buscan soluciones para evitar comportamientos inapropiados.
A pesar de estos incidentes, tanto las autoridades de Dublín como los organizadores del proyecto en Nueva York destacan que la mayoría de las personas actuaron de manera adecuada. Se implementaron protocolos de seguridad, como personal de seguridad y barreras, para evitar este tipo de comportamientos.
En resumen, el proyecto de The Portal, que buscaba unir visualmente a Nueva York y Dublín, se vio empañado por comportamientos inapropiados de una minoría de personas. Aunque hubo gestos bonitos y momentos de conexión, las autoridades decidieron apagar las pantallas temporalmente para buscar soluciones.
Imagen: NYC DOT (X)