Las monjas clarisas de Belorado y Orduña han pasado de ser conocidas por sus dulces de chocolate a protagonizar un cisma religioso y cargar contra el Vaticano. En un comunicado explosivo, acusan a la Iglesia de «persecución» y de intentar quedarse con sus propiedades. Las monjas declaran ser conscientes de las críticas que recibirán y se defienden de posibles acusaciones de herejía y cisma. El conflicto se debe en gran medida a desacuerdos sobre propiedades y contratos de compraventa. Las monjas acusan al Vaticano de bloquearles y obstaculizar a la comunidad. El comunicado ha generado un gran revuelo mediático y ha llevado a los obispos de Burgos y Vitoria a aclarar que no comparten ni comprenden lo ocurrido. El cisma se explica en parte por el deseo de las monjas de vender el convento de Derio y adquirir el Monasterio de Orduña, pero han surgido problemas con la licencia de venta y el incumplimiento de pagos. Además, sor Isabel, la madre abadesa, ha anunciado la existencia de un «benefactor» dispuesto a comprar el monasterio y revendérselo a las monjas de Belorado, lo que ha generado sospechas en la Iglesia. Las monjas de Vitoria han rescindido el contrato de compraventa y las monjas de Belorado han exigido una compensación económica por las obras realizadas en el Monasterio de Orduña. La situación ha llegado a los juzgados. Además, las monjas han decidido acogerse a la Pía Unión del Apóstol San Pablo, liderada por un excomulgado, y han pedido que no se oficie la misa en el Monasterio de Santa Clara de Belorado. El Arzobispado ha advertido a los feligreses que no acudan a las misas de ese convento ni al de Orduña. En su comunicado, las monjas reniegan de los papas recientes, incluido el Papa Francisco, y cargan contra la Iglesia de Roma. El cisma se produce en un momento en el que sor Isabel se enfrenta a un relevo inminente como abadesa.
Imagen: Wikipedia (Zarateman)
