El veneno secretado por una especie de sapo podría convertirse en un nuevo fármaco antidepresivo, según un grupo de investigadores estadounidenses. Han descubierto que una sustancia alucinógena conocida como 5-MeO-DMT, presente en las secreciones del sapo del desierto de Sonora, tiene propiedades antidepresivas y ansiolíticas. El equipo ha desarrollado un nuevo compuesto derivado de esta sustancia que se acopla de manera más efectiva a los receptores hormonales humanos.
Las sustancias psicodélicas, como el LSD y la psilocibina, han mostrado resultados prometedores en ensayos clínicos para el tratamiento de la depresión y la ansiedad. Sin embargo, aún no se comprende completamente cómo interactúan con los receptores cerebrales. El estudio de Warren y su equipo destaca la importancia de los receptores serotonínicos, especialmente el receptor 5-HT1A, en los efectos subjetivos y terapéuticos de las experiencias psicodélicas.
El equipo sintetizó y probó varias variantes del 5-MeO-DMT y descubrió que una de ellas, el compuesto 4-F, 5-MeO-PyrT, se acopla de manera más selectiva al receptor 5-HT1A. Este nuevo compuesto tiene propiedades antidepresivas sin los efectos alucinógenos de sus análogos.
Aunque por ahora solo se ha probado en modelos animales, este nuevo compuesto podría convertirse en un fármaco en el futuro. Sin embargo, la experimentación en humanos de sustancias controladas como las drogas psicoactivas está más regulada, lo que ralentiza el proceso de verificación y aprobación de nuevos productos farmacológicos.
En resumen, el veneno de un sapo podría ser la clave para desarrollar un nuevo fármaco antidepresivo. Los investigadores han descubierto que una sustancia alucinógena presente en las secreciones del sapo tiene propiedades antidepresivas y ansiolíticas. Han desarrollado un nuevo compuesto derivado de esta sustancia que se acopla de manera más efectiva a los receptores hormonales humanos. Aunque por ahora solo se ha probado en modelos animales, este nuevo compuesto podría convertirse en un fármaco en el futuro.
Imagen: Wildfeuer