La Generación Z, también conocida como Gen Z, está entrando en el mercado laboral y se ha convertido en un desafío para las empresas. Según un estudio, tres de cada cuatro directivos consideran que trabajar con ellos es complicado. Algunos gerentes incluso han despedido a empleados de esta generación en menos de un mes debido a su falta de motivación y esfuerzo.
La Gen Z, compuesta por personas nacidas entre mediados de los años 90 y principios de los 2010, no se queda callada ante las malas prácticas en el trabajo y prioriza su salud mental y flexibilidad. Un estudio reveló que los gerentes consideran que esta generación es la más difícil de trabajar.
Los jefes argumentan que muchos jóvenes carecen de habilidades tecnológicas y no se esfuerzan lo suficiente, lo que afecta a su productividad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta generación ha tenido que enfrentar la pandemia de Covid-19 y adaptarse al trabajo remoto desde el principio. Muchos de ellos pasaron años clave de su educación en línea y no tuvieron la oportunidad de relacionarse con sus compañeros de trabajo en un entorno físico.
A pesar de los desafíos que presenta la Gen Z, las empresas deben encontrar formas de atraer y retener a estos jóvenes talentos. Facilitar oportunidades de aprendizaje continuo y adaptarse a sus necesidades y preferencias laborales son estrategias clave para mantener a los miembros de esta generación comprometidos.
En resumen, la Generación Z está desafiando las normas laborales establecidas y las empresas deben adaptarse a sus demandas. Aunque pueden ser considerados difíciles de trabajar, es importante reconocer que han enfrentado circunstancias únicas y tienen diferentes prioridades. Al comprender sus necesidades y ofrecer un entorno laboral que las satisfaga, las empresas pueden atraer y retener a estos jóvenes talentos.