En plena guerra con Ucrania, Rusia ha decidido hacer un movimiento peculiar que no apunta ni a las bases militares ni a la diplomacia, sino a las aulas donde se forman sus escolares: enseñará a sus alumnos a pilotar y montar drones como los que tan buenos resultados le están dando en el campo de batalla. Con ese propósito su Ministerio de Educación se hará con miles de vehículos aéreos no tripulados y las autoridades aspiran a tener miles de aulas especializadas en unos años.
Los estudiantes rusos saldrán de los institutos sabiendo algo más que matemáticas, geografía, historia, química o cualquiera de las materias que habitualmente se imparte en las aulas. Entre los conocimientos que recibirán de sus profesores se encuentra uno bastante menos ortodoxo: el manejo de drones letales.
Que el Kremlin quiere que los rusos estén familiarizados con el manejo de drones de combate no es una novedad. En julio The Moscow Times ya avanzaba que los escolares aprenderían nociones básicas sobre el vuelo de estos vehículos y —por si quedaran dudas sobre su propósito— insistía en que la iniciativa tenía un claro enfoque militar.
El programa ha sido aprobado por Educación de Rusia y se implementará en instituciones educativas y los centros juveniles de educación patriótico-militar. Por entonces se apuntaba que había ya 30.000 universitarios aprendiendo sobre drones en Moscú y San Petersburgo y la nueva medida se aplicaría en septiembre. Ese mes había al menos una escuela en Krasnodar en la que se impartían lecciones sobre el pilotaje de UAV para combate, incluso con ayuda de simuladores técnicos.
La iniciativa del Kremlin ha sido lo suficientemente relevante como para llamar la atención de Londres. En julio el Ministro de Defensa británico publicó un comunicado en el que analizaba los cambios que el país planeaba aplicar en sus escuelas. A todos los escolares rusos se les enseñarán fundamentos sobre el manejo de drones de combate. El senador Artem Sheikin anunció que las lecciones incluirán cómo realizar reconocimientos del terreno y formas de contrarrestar UAV enemigos, advertía el organismo inglés.
Con ese telón de fondo, Rusia ha querido hacer algo más que formar a sus estudiantes en el manejo de drones de combate. Los militares han pasado a convertirse en una figura habitual en las escuelas, donde a lo largo de los últimos meses no ha sido extraño encontrar combatientes de la guerra de Ucrania o libros de historia con contenido adoctrinante que ha llegado a denunciar Amnistía Internacional. En agosto Putin firmó una ley que introduce además una nueva materia en las aula: ‘Fundamentos de seguridad y defensa de la patria’, que llegó acompañada de iniciativas como excursiones a unidades del ejército o juegos deportivo-militares.