El cuidado y mantenimiento del lavavajillas es fundamental para garantizar su durabilidad y eficiencia. Además de limpiar a fondo los filtros, es importante prestar atención a los brazos rociadores, encargados de expulsar el agua a presión para limpiar la vajilla.
Para asegurar un buen funcionamiento, es recomendable desmontar los brazos rociadores y limpiar las aspas de forma tradicional. Esto se puede hacer apagando y desenchufando la máquina, retirando la cesta inferior y separando el brazo rociador. Luego, se pueden lavar las aspas con un paño húmedo y un poco de vinagre para desinfectar y eliminar cualquier resto de comida.
Otra opción es limpiar los agujeros de los brazos rociadores manualmente, utilizando palillos o objetos con punta. Esta técnica consiste en introducir con cuidado un palillo en cada agujero para destaparlos y eliminar la grasa y los restos de alimentos acumulados. También se puede utilizar un cepillo de limpieza o un cepillo de dientes viejo para limpiar la superficie de las aspas de manera más general.
Estos consejos ayudarán a mantener los brazos rociadores del lavavajillas en buen estado y garantizar un mejor rendimiento del electrodoméstico. Recuerda que un lavavajillas limpio y bien cuidado durará más años y funcionará de manera más eficiente, lo que te permitirá disfrutar de vajilla y cubertería impecables en todo momento.
Imagen: Joana Costa