A Hao Pengfei, un sexagenario de Namjing, la jubilación le ha cambiado la vida. Tras verse obligado a dejar su antigua empresa, ha tenido que buscar dos empleos a tiempo parcial para poder hacer frente a los gastos. China se enfrenta al desafío de mantener su sistema de pensiones en un contexto de envejecimiento de la población y una economía en desaceleración. En 2023, el país perdió población por segundo año consecutivo y registró su marca de nacimientos más baja. Se estima que en los próximos diez años, otros 300 millones de personas alcanzarán la edad de jubilación. Esto supone una presión cada vez mayor sobre los fondos de pensiones, ya que la proporción entre trabajadores y jubilados disminuye. Según las previsiones, en 2030 habrá cuatro trabajadores por cada jubilado y en 2050 solo dos. La Academia China de Ciencias Sociales advierte que el Fondo Nacional de Seguridad Social podría agotarse en 2035. El sistema de pensiones chino se basa en tres pilares: el sistema básico, el corporativo y voluntario, y el privado. Sin embargo, muchos gobiernos provinciales sufren déficit de pensiones debido a la debilidad de sus economías y la pérdida de población. Para corregir estos desfases, el Gobierno ha creado un sistema para trasladar fondos de las provincias más ricas a las más pobres. Expertos sugieren soluciones como un sistema nacional unificado, la creación de hogares para ancianos y el replanteamiento de la edad de jubilación. China está considerando aumentar gradualmente la edad de jubilación en fases. En la actualidad, la edad de jubilación en China es una de las más bajas del mundo, pero con el envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida, se hace necesario replantear esta edad.
Imagen: Clay Banks (Unsplash)