En los últimos años, Neuralink se ha convertido en un referente en el campo de los implantes cerebrales y los interfaces cerebro-ordenador (BCI). Sin embargo, su ascenso no ha sido una revolución, sino una evolución importante en este sector. Aunque el concepto de BCI ya existía hace más de una década, la industria todavía estaba en sus primeras etapas. Hoy en día, contamos con interfaces que nos permiten controlar herramientas digitales con nuestro cerebro, así como implantes cerebrales que funcionan como interfaces en algunos experimentos clínicos.
Neuralink, fundada por Elon Musk hace casi ocho años, ha desarrollado un implante cerebral funcional llamado N1. Pero la verdadera innovación de Neuralink no se encuentra en los chips cerebrales en sí, sino en la técnica utilizada para implantarlos. Han creado un mecanismo llamado R1 que permite conectar los diminutos cables del implante al cerebro de forma precisa y rápida, en tan solo 15 minutos.
Si bien Neuralink no fue la primera empresa en realizar ensayos clínicos en humanos con implantes cerebrales, su enfoque en la técnica de implantación y su capacidad para dar a conocer esta tecnología al mundo han sido destacables. Además, han invertido en abaratar el producto y despertar el interés del público en esta tecnología.
En resumen, Neuralink representa una evolución en el campo de los implantes cerebrales y los interfaces cerebro-ordenador. Aunque no han inventado algo completamente nuevo, su enfoque en la técnica de implantación y su capacidad para dar a conocer esta tecnología al público les ha permitido destacar en este sector en constante crecimiento.
Imagen: Neuralink / Milad Fakurian
