El conflicto entre Estados Unidos y China continúa escalando, esta vez con China prohibiendo el uso de los procesadores de Intel y AMD en los ordenadores del Gobierno y la Administración. Esta medida es una clara muestra de desconfianza hacia los chips estadounidenses. Además, China también ha prohibido el uso de Microsoft Windows y bases de datos extranjeras, optando por soluciones chinas para garantizar la seguridad y fiabilidad de sus sistemas. Esta ruptura entre China y Estados Unidos está consolidando dos grandes bloques internacionales con intereses opuestos.
Imagen: Intel