La sequía en Cataluña ha llevado a activar la fase de emergencia por falta de agua. Si no llueve lo suficiente en las próximas semanas, el agua del grifo podría superar los indicadores establecidos por la ley y no ser considerada potable. La falta de agua afecta tanto a los embalses como a los acuíferos, lo que dificulta su potabilización. Aunque se están buscando soluciones, es posible que no estén listas antes del verano, lo que podría llevar a que se recomiende no consumir agua del grifo ni cocinar con ella.
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