La Ley de Yerkes-Dodson explica cómo el estrés puede ser un motor para la productividad, pero también puede ser perjudicial. Esta ley dicta que el rendimiento aumenta hasta cierto punto de estrés, pero disminuye cuando los niveles son demasiado altos. La motivación y los objetivos a corto plazo pueden incentivar la productividad sin elevar el estrés. Tareas monótonas y aburridas generan desmotivación, mientras que niveles excesivos de estrés causan ansiedad y bloqueos cognitivos. No existe un nivel fijo de estrés ideal, ya que depende de cada persona y de la tarea. La teoría del flujo se relaciona con el punto álgido de la Ley de Yerkes-Dodson, donde se experimenta un estado de concentración total. Estudios sugieren que el estrés moderado puede mejorar la memoria y la concentración, pero niveles altos de estrés tienen efectos negativos en el rendimiento.
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