Desde que el Atlético de Madrid se mudó a su nuevo estadio, el Metropolitano, los ultras del equipo han convertido los alrededores en un campo de batalla. La rivalidad entre el Frente Atlético y Suburbios Firm ha llevado a enfrentamientos violentos y problemas de seguridad. La ubicación del estadio, lejos del centro de la ciudad, ha dificultado la vigilancia de los ultras y ha permitido que otras peñas radicales se aprovechen de la situación. La Policía Nacional ha tenido que intervenir en varias ocasiones para controlar los disturbios. Además, se han registrado ataques entre ultras del Atlético y del Betis, así como intentos de infiltración de Ultras Sur, el grupo rival del Atlético. La situación se ha vuelto cada vez más peligrosa y complicada de controlar para las autoridades.
Imagen: ABC