El ser humano es un animal social y las relaciones sociales positivas tienen beneficios tanto para la salud mental como física. Llevarse bien con los demás reduce el estrés, proporciona apoyo emocional y aumenta la capacidad para afrontar adversidades. Además, una buena vida social está asociada con una mejor salud inmunológica, reduciendo la inflamación y fortaleciendo el sistema inmunológico. Estudios sugieren que las personas con relaciones sólidas y satisfactorias tienden a vivir más tiempo y tener una mejor calidad de vida en la vejez. Además, tener una vida social activa puede promover la actividad física y prevenir la apatía y la depresión asociadas a la soledad.
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