El río Ebro, el más caudaloso de España, se encuentra en crecida y ha alcanzado niveles máximos en Tudela. A medida que la crecida se acerque a Zaragoza, se esperan grandes volúmenes de agua. Aunque muchas personas se preocupan por el desperdicio de agua al mar, la cuenca del Ebro no ha sido afectada por la sequía. Sin embargo, la construcción de embalses reduce la fertilidad del suelo aguas abajo y afecta a las costas y la fauna acuática. Además, los embalses acumulan sedimentos y los aquíferos no se rellenan de forma natural. La gestión del agua de manera global es un desafío para el futuro, ya que cada cambio tiene consecuencias para diferentes poblaciones. Es necesario evaluar y preocuparse por el impacto ambiental de nuestras decisiones.
Imagen: Miguel Ángel García.