Un estudio revela que el 78% de las víctimas de ransomware sufren más ataques después de pagar a los piratas informáticos. Pagar la extorsión no resuelve el problema, sino que anima a los ciberdelincuentes a multiplicar sus ataques. Además, el 63% de las organizaciones que pagaron una segunda vez. No hay garantía de que los datos y sistemas se devuelvan intactos, y podrían enfrentarse a cargos penales si se descubre que el pago financió el terrorismo o el crimen organizado.