El Sol avanza hacia su pico de actividad de su 25º ciclo y el jueves fue buena prueba de ello. Solo el día de ayer fueron detectadas tres “llamaradas”, las llamadas fulguraciones solares. Estas fulguraciones fueron catalogadas como de clase X, las de mayor intensidad. Las fulguraciones solares son explosiones que suceden en las capas exteriores del Sol, como consecuencia de la gran cantidad de energía acumulada en pliegues en el campo magnético del astro. Estas explosiones emiten radiación intensa y en un amplio rango del espectro electromagnético. Cuando estas fulguraciones se expanden a la velocidad de la luz y se topan con nuestro planeta pueden generar fenómenos adversos en lo que solemos denominar meteorología espacial, especialmente si son de gran intensidad como estas. Estas “llamaradas” pueden venir acompañadas de eyecciones de masa coronal (CME). Estas como su nombre sugiere, durante estos eventos el Sol expulsa partículas cargadas en lugar de radiación electromagnética. Estas partículas tardan más en llegar a la Tierra aun viajando a altísimas velocidades, pero cuando llegan pueden causar tormentas solares y geomagnéticas. Estas fulguraciones fueron captadas por el Observatorio de Dinámicas Solares de la NASA, el SDO. El observatorio consta de una sonda situada en órbita geosíncrona inclinada, de forma que acompaña a nuestro planeta mientras observa de manera constante a nuestra estrella. Los expertos habían anticipado que el pico de actividad solar se adelantaría y que este ciclo solar sería más intenso de lo inicialmente esperado. Según los últimos datos de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), el pico se espera que ocurra en algún momento a lo largo de este año, concretamente entre los meses de enero y octubre.
Imagen: Dos de las Fulguraciones captadas por el SDO. NASA/SDO