Un estudio publicado en ‘Nature’ revela que fumar tiene un impacto duradero en las respuestas inmunológicas, incluso después de dejar de fumar. Esto hace que las personas fumadoras sean más susceptibles a enfermedades inflamatorias, bacterianas o virales. El estudio también encontró que el índice de masa corporal y la infección latente por citomegalovirus también afectan las respuestas inmunológicas. Los investigadores descubrieron que fumar altera tanto la inmunidad innata como la adaptativa, y que el impacto en la inmunidad adaptativa persiste durante 10 a 15 años después de dejar de fumar. Además, se observó que el tabaquismo afecta la metilación del ADN en genes relacionados con la señalización y el metabolismo. Estos hallazgos demuestran la importancia de evitar el tabaquismo y mantener un estilo de vida saludable para proteger el sistema inmunológico a largo plazo. El estudio también destaca la necesidad de comprender cómo los factores ambientales modificables afectan las respuestas inmunológicas para mejorar los tratamientos y vacunas. En resumen, el tabaquismo tiene consecuencias a corto y largo plazo en el sistema inmunológico, y dejar de fumar es beneficioso para la inmunidad a largo plazo.
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