El orgasmo es la culminación intensa y placentera de la excitación sexual que involucra una interacción sinérgica entre el cuerpo y la mente. Para alcanzar un orgasmo, es necesaria la activación de múltiples estructuras nerviosas, lo que produce una tormenta simpática hiperactiva. El sistema nervioso simpático muestra una actividad excesiva durante el orgasmo, lo que provoca cambios fisiológicos en el organismo. El sistema límbico, centro de las emociones y de la recompensa, es la estrella cerebral de esta pieza. Durante el orgasmo, la amígdala experimenta un aumento en su actividad, intensificando la respuesta emocional y la sensación de placer. El hipotálamo coordina la liberación de hormonas sexuales y neurotransmisores fundamentales para el proceso de excitación sexual y el desarrollo del orgasmo. La dopamina y la oxitocina son neurotransmisores clave durante el orgasmo, generando sensaciones de éxtasis, recompensa y vínculo emocional. Además, la liberación de endorfinas y otras sustancias químicas durante el orgasmo puede tener efectos beneficiosos para la salud, aliviando el estrés, mejorando el estado de ánimo y fortaleciendo el sistema inmunitario.
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